SOMOS PLENAMENTE LIBRES. LAS MUJERES ARTISTAS Y EL SURREALISMO
Del 10.10.2017 – 28 Ene. 2018
La forma nueva de mirar el pasado es siempre motivo de alegría. Esta excepcional exposición muestra artistas ausentes en los manuales de historia del arte y, en consecuencia, desconocidas por el público porque han sido silencias.
La alegría , según el gran filósofo holandés B. Spinoza (1632-1677), es «el paso de una menor a una mayor perfección». Spinoza, que leyó a los estoicos y los incorporó a su pensamiento, dedicó su filosofía a pensar en cómo actuar en la vida. Como Nietzsche y G. Deleuze, su eje central fue la afirmación de la vida porque conduce a la alegría.
¿De qué tipo de felicidad o alegría habla Spinoza? De un tipo de felicidad, que se da en cualquier circunstancia, incluso en las más adversas, las más duras, porque no depende de lo que le suceda al sujeto, sino de una potencia interna emergente que pugna por manifestarse en él. La alegría aparecerá si … está conectado con su conatus o deseo profundo de plenitud y excelencia.
La vida que pasa por cada una de nosotras anhela la plenitud y la excelencia.
Dentro del sujeto, hay una potencia que quiere actualizarse, extraer la más alta expresión de sí mismo. La emoción que acompaña a esta afirmación es la alegría. Surgirá cada vez que ejerza la potencia de actuar que hay en nosotros, es decir, la creatividad humana. Las artistas surrealistas entendieron la clave de lo que nos explica Spinoza: ejercer la creatividad es desplegar todo lo que se puede llegar a ser a través de una vida, entendida como fuerza.
La muestra presenta obras surrealistas de gran calidad, creadas por 18 pintoras, escultoras y fotógrafas.
Eileen Agar, Claude Cahun, Leonora Carrington, Germaine Dulac, Leonor Fini, Valentine Hugo, Frida Kahlo, Dora Maar, Maruja Mallo, Lee Miller,

Nadja, Meret Oppenheim, Kay Sage, Ángeles Santos, Dorothea Tanning, Toyen, Remedios Varo y Unica Zürn.
Su creatividad se manifiesta en la libertad de sus planteamientos radicales y valientes, frente a los convencionalismos de la sociedad. Presentan cuestiones de identidad, a través de máscaras, autorretratos, así como la estrechez de la polaridad entre lo masculino y lo femenino, insuficiente para describir la identidad de género para muchas de sus integrantes.
¿Como consiguen expresar esa creatividad las mujeres surrealistas?
La estrategia es actuar desde el deseo del yo profundo, desde la verdadera naturaleza propia y única, desde la identidad más genuina que es capaz de movilizar lo mejor en cada uno, encauzando los mejores impulsos. La creación es potencia y se vive como alegría en esta exposición.
Estas artistas nos recuerdan lo que Nietzsche y Spinoza afirman; La verdadera identidad es la vida que pasa por nosotros desplegándose creativamente. Lo que seguro que no somos, y no tenemos porque identificarnos son los personajes que nos han dicho que debemos ser, tampoco somos las creencias que limitan la actualización de nuestro potencial. Una exposición que nos deja con alegría de ser.

Las exposiciones como ésta son refrescantes, porque invitan a pensar de forma nueva los tópicos que hemos usado hasta la saciedad al presentar el surrealismo en exposiciones, conferencias, manuales de surrealismo o historia del arte. El comisario de esta exposición, José Jiménez, catedrático de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad Autónoma de Madrid, ha seleccionado artistas que han sido olvidadas por causas ajenas a su calidad artística. Unas, simplemente por ser mujeres y otras, discriminadas por su condición de consortes de un famoso artista varón. La posibilidad de reescribir la historia del arte a través de exposiciones en los museos, es poco común sólo sucede, en aquellos que han conseguido un puesto en el panorama internacional. Es un placer ver que hay destellos de inteligencia crítica en ámbitos tan manejados por administradores institucionales de la cultura, tantas veces faltos de ideas, autocomplacientes e instalados en sus puestos de mando.