Mi punto de vista para el asesoramiento es el constructivismo epistemológico, el cual no requiere de una entidad ontológica que trascienda los fenómenos para fundamentar la transformación del sujeto y su sufrimiento existencial.
Lo que me interesa del constructivismo epistemológico es que no está fundamentado en una metafísica de la trascendencia, sino que está basado en el proceso cognitivo que asume que la apariencia de dualidad entre sujeto y objeto, es decir, la diferencia entre una “realidad dada” y un “receptor”, está construida por el propio funcionamiento de la mente.
Asumo la interpretación de que la realidad es no dual, aunque se perciba como dual. Esta es una afirmación filosófica que se encuentra en muchas tradiciones de Oriente y Occidente, como por ejemplo, en la filosofía vedanta, la tradición advaita, en el budismo chan, zen, el taoísmo filosófico y en muchos escritos de místicos teístas tanto cristianos como musulmanes o judíos.
El punto de vista filosófico de la no dualidad nos permite asesorar filosóficamente con una comprensión del hombre, de sus valores y de sus acciones, que no está ligado a ninguna creencia especifica. El punto de vista no dual permite hacer de espejo al asesorado y llevarle al siguiente estadio de evolución. La creencia del asesorado es respetada en todo momento, por lo que el autoconocimiento que facilito no precisa de dioses, espíritus o almas, si el asesorado no lo requiere.